A los pocos días del parto las matronas realizamos la llamada "visita puerperal" a cada mujer que da a luz. En ella, además de valorar el estado general de la madre y el recién nacido (y resolver las dudas y problemas que hayan ido surgiendo), se hace la "prueba del talón". En realidad, esta prueba es parte de un programa denominado Detección Precoz de Metabolopatías que busca identificar lo antes posible a los niños que padecen hipotiroidismo o fenilcetonuria. Si no se tratan estas dos enfermedades pueden producir graves secuelas en los recién nacidos, pero si se detectan y se tratan a tiempo sus efectos pueden reducirse en un alto grado.
La técnica de la prueba es sencilla aunque dolorosa: consiste en pinchar con una lanceta el talón del bebé para recoger una muestra de sangre. Esta muestra se transporta en unos círculos de papel absorbente que van dirigidos, a través de una carta, a un laboratorio de Sevilla, donde analizarán la sangre y desde dónde enviarán el resultado a los padres por correo. De ahí la importancia de que la dirección consignada en el volante sea la correcta.
Para facilitar la extracción de sangre conviene que los pies del recién nacido estén calientes, para lo que será conveniente ponerle doble calcetín durante un buen rato antes de realizar la prueba, o calentarle los talones con un paño humedecido con agua caliente.
